Después de la fiesta de bienvenida arruinada, Ruby se asegura de que todo en la próxima beneficencia funcione a la perfección. Por eso, no le sienta nada bien que James se vea ahora obligado a formar parte del comité y sea celebrado ahí por sus ideas. Tras un inesperado y acalorado intercambio entre ambos, es la propia Ruby quien de repente tiene que admitir que ha ido demasiado lejos.